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“Sí, pero tú… ¿cómo ibas vestida?”. Si la violencia contra la mujer fuera una condena

“Sí, pero tú… ¿cómo ibas vestida?”. Si la violencia contra la mujer fuera una condena

Señalar la vestimenta de una mujer para buscar circunstancias atenuantes improbables en beneficio de quienes perpetran la violencia . Por ello, la exposición "Com'eri vestita", propuesta en varias ocasiones en los últimos años por Cerchi d'Acqua, pretende subrayar la importancia cultural y ética de intervenir sobre un prejuicio grave y difícil de eliminar. Cerchi d'Acqua, asociación fundada en el año 2000 y muy comprometida en la lucha contra la violencia contra las mujeres en el territorio, forma parte de la Red de Casas de la Mujer y Centros Antiviolencia de Lombardía y es miembro fundador de DiRe (Mujeres en Red Contra la Violencia) . El centro de acogida cuenta con un equipo de trabajo compuesto por consultoras especializadas y profesionales con experiencia en diversos ámbitos profesionales.

El efecto Cecchettin y el adiós al rapto. Cómo ha cambiado el periodismo italiano en materia de violencia de género.

“¿Cómo ibas vestida?”, pero también “ELLA” , representan en nuestro país un vehículo muy eficaz de sensibilización para que la ropa que visten las víctimas durante episodios violentos sea capaz de contar historias a menudo impactantes, pero precisamente por ello destinadas a comunicar al mundo cuántos y qué riesgos puede correr inocentemente cada mujer cada día.

A las preguntas de Luce! responde Paola Conversano, recepcionista de Cerchi d'Acqua.

Paola, ¿cuál es el objetivo principal de Cerchi d'Acqua?

El objetivo principal de Cerchi d'Acqua es acompañar a las mujeres en su camino para escapar de episodios de violencia y, al mismo tiempo, contribuir a un cambio cultural general para que, en un futuro ideal, la violencia de género, o mejor dicho, la violencia de los hombres contra las mujeres, ya no exista.

La violencia constante contra las mujeres nos dice que nuestro país definitivamente necesita crecer.

Este tipo de problema, especialmente italiano, tiene connotaciones universales. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, una de cada tres mujeres experimenta una situación similar en su vida. En realidad, no hay que olvidar que la violencia de los hombres contra las mujeres no se limita a la violencia física o el feminicidio, aunque a menudo sean las primeras en atraer la atención de los medios. Lamentablemente, también existe un tipo de violencia psicológica, económica y sexual, sin olvidar todas las formas de acoso y las nuevas amenazas del mundo digital.

La exposición de ropa destaca una serie de estereotipos difíciles de eliminar. ¿Cuál es el espíritu de esta iniciativa?

Los Cerchi d'Acqua y los centros contra la violencia en general trabajan para cambiar la cultura. "¿Cómo ibas vestida?" busca destacar uno de los muchos estereotipos que afectan a las mujeres. Una pregunta que prácticamente siempre se les hace a quienes han vivido el drama de la violencia sexual. Numerosos informes judiciales relatan cómo se han hecho preguntas de este tipo a mujeres que tuvieron el valor de denunciar sus malas experiencias. La exposición se inspira en el hermoso poema de Mary Simmerling "¿Qué llevaba puesto?", que termina diciendo: "También recuerdo lo que llevaba puesto esa noche, aunque en realidad nadie me lo haya preguntado nunca".

¿En tu opinión, cuál es la diferencia entre libertad y sentido común?

Como mujer, sé que debo ser libre de actuar y comportarme como siento y creo que es correcto. No se me puede juzgar por haber salido de noche, por haber bebido o por llevar minifalda. El consentimiento es la palabra clave. Una palabra que a menudo se olvida. En este punto, quisiera subrayar que la ley italiana establece que, en caso de violencia, el hecho de no estar en pleno uso de las facultades mentales no es una circunstancia atenuante, sino una agravante.

¿Quiénes son las categorías femeninas generalmente más expuestas a la violencia?

Desafortunadamente, la violencia es un fenómeno transversal. La opinión pública suele creer que se trata de un fenómeno vinculado únicamente a la ignorancia y la pobreza, mientras que, lamentablemente, con frecuencia los protagonistas de estas tristes historias pertenecen a todas las clases sociales. Es un hecho que observamos a diario en nuestro centro antiviolencia, al que acuden una media de 550 mujeres al año. Y esto solo en Milán y solo en nuestro país. Sin embargo, se asume que el fenómeno está aún más extendido porque no todas las mujeres que sufren una situación de maltrato lo denuncian, debido a una serie de condicionamientos e inhibiciones culturales.

¿Has conseguido éxitos evitando lo peor en determinadas circunstancias?

En 25 años de actividad, sin duda hemos logrado éxitos, ya que hemos ayudado a muchas mujeres a recuperar la fuerza que habían perdido en relaciones humillantes. Por eso formamos parte de la Red Antiviolencia del Ayuntamiento de Milán, en colaboración con quienes, por ejemplo, tienen derecho a un domicilio secreto cuando es necesario alejarse de su antiguo entorno.

¿Por qué el hombre italiano, por joven que sea, todavía confunde el amor con la posesión?

Siglos de dominio dejan huella. «Eres mío» es una frase con la que han crecido generaciones enteras, y las ideas tan arraigadas difícilmente mueren.

¿Prevé usted una mejora futura deseable en la situación?

A decir verdad, la esperanza sería que en el Centro algún día nos encontráramos completamente desempleados. Sin duda, todos los centros contra la violencia deberían recibir más apoyo del gobierno y de la política. Estos son proyectos nacidos de las luchas de feministas inteligentes con amplia experiencia, cuyo objetivo es brindar una ayuda concreta a las mujeres, además de impulsar un cambio cultural decisivo en la sociedad en la que vivimos.